¡Hola mundo!

Cuando uno se interna en el mundo de la informática y la codificación, lo primero que se aprende es el famoso “¡Hola mundo!”. Aquel que ha puesto sus manos en el lenguaje de los ordenadores, sabe de qué hablo. O, mejor dicho, se aprende como enseñarle a una máquina que nos devuelva un saludo, como si de verdad hubiera alguien ahí.  Yo les prometo que, de verdad, hay alguien aquí. Que aunque se parezca a una máquina y se comporte como máquina, es mucho más que una máquina. Así que allá vamos: ¡Hola mundo!